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La culpa y la vergüenza de las mamás al alimentar al bebé

La culpa y la vergüenza de las mamás al alimentar al bebé

La culpa y la vergüenza de las mamás al alimentar al bebé

Las historias de culpa y vergüenza de las madres en torno a la alimentación infantil han existido durante mucho tiempo. Hay mamás que se avergüenzan de no poder ofrecer su pecho libremente a su hijo, otras que se sienten culpables por usar fórmula, y algunas que sienten vergüenza y vergüenza por las "fallas" percibidas al tratar con profesionales de la salud.

Las experiencias y emociones negativas afectan la lactancia y el amamantamiento, y pueden alimentar la depresión posparto. Esto hace que sea importante comprender las emociones de estos padres, cómo y cuándo surgen, y los pasos que se pueden tomar para adaptar la atención a las madres vulnerables.

Para descubrir más sobre la relación entre la culpa, la vergüenza y la alimentación infantil, los investigadores del Reino Unido revisaron sistemáticamente estudios internacionales de países desarrollados, incluidos el Reino Unido, EE. UU., Francia, Suecia y Noruega. Identificaron 4 temas principales: "falta de preparación y apoyo ineficaz", "moralidad y juicio percibido (lactancia materna)", "frustración con el cuidado de la alimentación infantil" y "fracasos, miedos y prácticas prohibidas (alimentación con fórmula)1.

Expectativas versus realidad

Los estudios revisados analizaron la lactancia materna exclusiva, la alimentación combinada y la alimentación con fórmula exclusiva. Descubrieron que el riesgo de desarrollar sentimientos de culpa y vergüenza dependía de las expectativas de los padres durante el embarazo. Los problemas de culpa surgieron después del nacimiento, cuando se enfrentaron a su realidad personal de alimentación infantil, y las intenciones no se cumplieron.

Tomemos, por ejemplo, una madre embarazada que tenía la intención de alimentar a su hijo exclusivamente con fórmula y otra madre que planeaba amamantar exclusivamente. Después del nacimiento, la madre que alimentaba con fórmula tenía un riesgo 7 veces menor de sentirse culpable, en comparación con la madre que había planeado amamantar exclusivamente, pero terminó usando fórmula exclusivamente. Por lo tanto, no es sorprendente encontrar que las mamás que inicialmente amamantaron exclusivamente, pero tuvieron que cambiar a la alimentación exclusiva con fórmula, también experimentaron niveles más altos de culpa.

Estar bien preparado por los profesionales de la salud para las realidades de la lactancia materna pareció desempeñar un papel importante. Durante el embarazo, las mujeres de estos estudios sintieron que no estaban completamente conscientes de los desafíos que podrían enfrentar después del parto. Sus expectativas no cumplieron con la realidad, lo que les hizo sentir vergüenza, culpa y ansiedad. Como si fuera su culpa, y fueran malas madres.

En el otro extremo, tener un profesional de la salud demasiado involucrado también fue perjudicial para el sentido de identidad de la madre. Los comentarios críticos sobre los senos o los pezones y demasiado contacto físico no consentido (por ejemplo, un profesional de la salud sosteniendo y apretando el seno de la madre) generaron sentimientos de vergüenza y vergüenza.

Una sensación de ser juzgado

No se puede negar que la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses es la nutrición ideal para los recién nacidos. Desafortunadamente, cuando las madres se encontraron con problemas en sus intentos por alcanzar esta meta, se sintieron culpables.

Esto no fue solo una culpa internalizada, de no cumplir con sus propias expectativas, lo que afecta al 37,6% de las mujeres que amamantan en estos estudios. Más del 32 % de las mamás sintieron que los demás las juzgaban negativamente por usar fórmula. Como dijo una mamá: "Definitivamente hay elementos de que eres una mejor mamá si amamanta".

Y cuando la lactancia no salió bien, algunas madres fingieron que todo estaba bien para evitar ser juzgadas como malas madres por su familia y los profesionales de la salud. Esto significaba no buscar ayuda y sentir miedo de ser visto como un fracaso.

Luego está el papel que juegan los profesionales de la salud en causar sentimientos de culpa. Los investigadores encontraron que el 64 % de las madres que alimentaban con fórmula se sentían culpables debido a que los profesionales de la salud las culpaban por los problemas de lactancia. Una vez más, estas madres sintieron que no podían ser honestas con su profesional de la salud.

"Cada gota cuenta"

El bienestar de una madre es esencial si quiere tener una relación sana con la alimentación del bebé y sentirse positiva consigo misma. Para ayudar a las madres que amamantan a evitar sentimientos de culpa y vergüenza, los investigadores piden un "apoyo más realista, sin prejuicios y centrado en la madre". Y para las mamás que deben depender de la fórmula, los proveedores de atención médica deben ofrecer información práctica y apoyo emocional.

Cuando se trata de "el pecho es lo mejor", los investigadores recomiendan cambiar el enfoque a "cada gota cuenta". De esta manera, las madres pueden sentirse positivas acerca de su estilo individual de cuidar y alimentar a su bebé, y desarrollar más confianza en sus habilidades para ser una buena madre. 

Conocer los retos de amamantar, informarse bien desde el embarazo. 

Revisar que te sientas bien apoyada de los profesionales de la salud que te atienden y buscar un enfoque realista, centrado en ti.

Ignorar los comentarios de familiares que sabes no aportan nada para ti ni bebé

Cambiemos el chip por cada gota cuenta y entendamos que hay un estilo individual de crianza y alimentación. Confía en tu habilidad, eres una gran madre.

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